La pregunta que trataremos en esta entrada despierta gran controversia. Últimamente, mucha gente tiende a favorecer la fibra de carbono porque se escuchan varios aspectos positivos. Sin embargo, eso no tiene que significar nada. A continuación, intentaremos llegar al fondo de esta cuestión y aclarar la competitividad de la fibra de vidrio a través de la consideración de varias características de los dos materiales.

Para empezar, os queremos proporcionar un resumen breve de la composición y las propiedades de ambos tipos de fibra. Al contrario, que la moderna fibra de carbono, la fibra de vidrio ha gozado de popularidad ya hace mucho tiempo. Para su creación hay que fundir el vidrio y extruirlo a alta presión. Al combinar las hebras que obtenemos de este proceso con una resina de epoxi, se crea el material que conocemos como plástico reforzado de fibra de vidrio (PRFV). La base de la fibra de carbono, en comparación, consiste en átomos de carbono ligados entre sí en largas cadenas. Para obtener un cable, se unen miles de estas fibras. Es un material muy polivalente, ya que cuando está combinado con una resina de epoxi, nos permite fabricar, por ejemplo, tubos, pero también autos de carrera y satélites.

Aunque la fibra de carbono cuenta con más rigidez para usos que no exigen alto nivel de la misma y para los que no estamos dispuestos a gastar tanto dinero. La fibra de vidrio que tiene un precio 15 veces más bajo, es más recomendable. Aplicaciones propensas pueden ser, por ejemplo, tanques de almacenamiento, aislamiento de edificios, cascos de protección y paneles de carrocería. Sin duda, ambos materiales cuentan con una fuerza contundente. No obstante, para aplicaciones industriales de gran escala, como la construcción de aviones y barcos, la fibra de carbono combinada con la resina de epoxi, saldrá ligeramente más ventajosa. A nivel doméstico, la fibra de vidrio sigue siendo más favorable. Sus fortalezas se manifiestan en sus características muy parecidas a las de la fibra de carbono, las cuales consigue ofrecer a un precio mucho más asequible para proyectos caseros, como sea la construcción de una piscina por ejemplo. El aspecto de la durabilidad subraya las ventajas de la fibra de vidrio. Al ser más flexible que la fibra de carbono, puede resistir un mayor impacto y, consecuentemente, resulta más duradera.

Como conclusión, se puede decir que la fibra de carbono convence más en términos de rigidez, por lo cual se usa mucho en la construcción industrial. Sin embargo, la relación entre calidad y precio es muy determinante y en la mayoría de los casos no merece la pena invertir mucho más para obtener un beneficio pequeño. Por esta razón y sobre todo para el empleo doméstico, la fibra de vidrio sale como el claro ganador de esta comparación.